En el castellano antiguo se utilizaba la palabra lampista para definir los oficios relacionados con los metales de tonos claros. El uso de la palabra lampista no incluía los oficios relacionados con metales preciosos, acero o el hierro.
Con el paso de los años fueron apareciendo nuevas profesiones, y, con estas, nuevos términos para explicar estos nuevos trabajos, gracias al progreso y avance de la ciencia y la industria.
Estos avances tecnológicos en el siglo XIX dieron lugar, en las modernas ciudades europeas y americanas, a un nuevo oficio, la fontanería.
Esta nueva profesión, consistía en la reparación, instalación y sustitución de griferías, tuberías y desagües.
Para que se pudiera dar forma a estos desagües y tuberías, se necesitaba una lamparilla de gas, aceite o petróleo.
Y es por ese motivo, que, en España, se empezó a denominar el oficio de fontanero como lamparista o lampista.
En el siglo XX se empezó a implantar el uso de le energía eléctrica y, por tanto, se crearon nuevos oficios relacionados. Estas nuevas profesiones se relacionan con el uso de metales y fueron incluidos en el sector de lamparistas o lampistas.
A medida que la industria eléctrica evolucionaba, comenzaron las especializaciones y, por lo tanto, surgieron nuevas denominaciones como electricistas, electrónicos, etc…
En la actualidad, el término lamparista o lampista ha sido reemplazado por la palabra fontanero.
En cambio, en Cataluña, la palabra lampista, tiene un significado totalmente distinto al que tenía en el resto de España y países hispano hablantes en el siglo XIX y XX.
En última revisión del Diccionario de la RAE, la palabra lampista, significa lamparista u hojalatero. Este diccionario no incluye el significado que se tiene en la comunidad catalana de la palabra, pero no por ello es incorrecto.
En el castellano hablado en Cataluña, la palabra lampista se usa como sinónimo de dos oficios distintos, que son el de electricista y fontanero.
El término lampistería usado en Cataluña no se refiere a lamparería, el lugar dónde venden, fabrican o arreglan lámparas, tal y como sería usada habitualmente en otros lugares hispano-hablantes. El término lampisteria usado en el castellano hablado en Cataluña se refiere a una tienda de electricidad y fontanería, es correcto ya que es un uso regional incluido en distintas revisiones de diversos diccionarios de lengua castellana.
En la actualidad, en los anuncios de los diarios y periódicos y en locales de Barcelona, es común ver escritas los términos lampista y lampistería.
El término lampista también es está incluido en el léxico catalán, acorde a Szigetvári (1994, 32) lampista se refiere a “manitas” y no se limita únicamente a las instalaciones eléctricas o instalaciones de griferías y tubos, sino que gran parte del oficio de un Lampista se basa en arreglos de averías o reformas en general.
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