El frio ya está aquí y en este artículo hablaremos sobre uno de los sistemas de calefacción más innovadores y eficientes que existen en el mercado actualmente, el suelo radiante.
Se designa suelo radiante, losa radiante o paramento radiante al sistema de calefacción que utiliza una de las superficies de un local como emisor del calor. Se puede utilizar cualquier superficie del local como el origen del calor, como el suelo, techo o pared). Lo más común es usar el suelo ya que el aire caliente sube.
Debido a la extensión de la superficie emisora se utilizan bajas temperaturas, ya que la emisión depende de la diferencia de la temperatura entre el emisor y la temperatura del ambiente y del tamaño de la superficie del emisor (cuando más grande sea la superficie se necesitará menor temperatura). En algunos reglamentos se limita esta temperatura del suelo a 28 o 29 ºC.
En el suelo de tipo radiante, el agua que fluye por el interior de las tuberías tiene una temperatura moderada, de 35 a 45ºC, en cambio en los sistemas de radiadores es de 70 a 90ºC. Estas “bajas” temperaturas permiten que se pueda utilizar colectores solares para el calentamiento del agua sin necesitar un calentador externo de apoyo.
La mayor ventaja del suelo radiante es que incide sobre la temperatura resultante, en la que intervienen la temperatura del aire y la temperatura radiante media, de tal modo que, en este caso, al haber una temperatura radiante media más alta, puede disminuir la temperatura seca del aire de dos a tres grados, disminuyendo las pérdidas del calor de la vivienda hacia el exterior, sin disminuir las prestaciones en cuanto a comodidad térmica.
En el caso de usar agua caliente, el sistema es muy parecido a uno de calefacción por radiadores, pero teniendo como radiante del calor el suelo, bajo el cual circula una tubería, haciendo curvaturas de tal manera que estas tuberías están a una distancia corta.
También existen sistemas de suelos radiantes que funcionan por energía eléctrica.
Como ya se ha mencionado anteriormente, el sistema de suelo radiante permite un ahorra de energía gracias a la posibilidad de disminuir la temperatura seca del aire ambiente, ya que tenemos una superficie caliente, la radiación del cual se utiliza para aumentar la temperatura media radiante. Este ahorro de energía que se produce por la bajada de la temperatura del interior, depende de la temperatura exterior. En la mayoría del territorio peninsular, el ahorro que genera este sistema, se estima entre un 15% y un 20%, comparado con un sistema de calefacción por radiadores.
En el caso de un sistema por agua caliente, se pueden aprovechar energías, por así decirlo, gratuitas, como es el caso de la geotermia o energías residuales. Todas estas energías requieren una infraestructura urbana
Ninguna de estas energías sería gratuita, aunque la fuente sea gratuita, ya que requiere infraestructuras que hay que cuidar y mantener. En cualquier caso, son mucho más baratas y ecológicas.
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